Christian
Caroz ha conseguido un film elegante, medido, emotivo y a la vez reflexivo. El
del nieto que busca sus raíces españolas y conocer el pasado que ha marcado la
vida de su familia, y el del esposo para quien el viaje - nostálgico y doloroso
a la vez - es una declaración más del
amor a su esposa – del amor más allá de la muerte - , a la que conoció en el
exilio oranés y con la que compartió vida y militancia. Pero el encuentro con
los lugares de la memoria familiar y con
el pasado de la guerra civil, da lugar a una lúcida reflexión sobre el hilo que existe entre el
pasado y el presente, entre la España que fue y la España de hoy, entre los
ideales de ayer y las realidades del presente. El autor tiene la impresión de
que los españoles todavía no han ajustado todas sus cuentas del pasado, le
llama la atención la ambigüedad, que justifica por la guerra y los 35 años de
dictadura, una especie de miedo a remover el pasado o de indiferencia, que
contrasta con el interés de sectores de las nuevas generaciones por conocer el
pasado. Con una sutil elegancia y un suave espíritu autocrítico, además, Cristian Caroz a través de sus
personajes nos interroga sobre los viejos ideales de la izquierda hoy : Aurora, su esposo, sus hijos, han luchado
desde la izquierda por un mundo mejor, por hacer del hombre el hermano del
hombre, pero reconocen errores, ingenuidades,
rigideces, pero dicen cosas como
estas : “Se puede decir que todo aquello era utópico, pero era auténtico”. O :
“Si los que han sido testigos callan, la historia muere”. Quiero que recuerden
lo que alguien dice al final, a pesar de todos los errores : “el orgullo de
haber estado en el lado bueno, orgulloso de sentirse hermanos de los hombres”.
Por encima de las ideas, viene a decirnos están los hombres.
Caroz ha manejado de
forma brillante los testimonios de familiares y amigos, los documentos y
fotografías familiares – a destacar las emotivas cartas de Aurora y la de despedida
de Miguel Villalta antes de ser fusilado - , con material de archivo y
publicaciones de distintas procedencias, especialmente los de Ibi y Alicante,
pero es especialmente valioso, por inédito y desconocido incluso para los que
estudiamos esta época la inclusión de las imágenes cinematográficas de la
ocupación franquista de Alicante, extraidas
del Instituto Italiano del Cine (Luce).
Por
todo ello, Sr. Christian Caroz, a los alicantinos nos toca estarle muy
agradecidos por este regalo que es su
film Aurora.
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